El científico y filósofo Charles S. Peirce (1836-1914) consideraba que el ser humano es un manojo de hábitos.
La persona es un sistema dinámico y orgánico de hábitos, sentimientos,
deseos, tendencias y pensamientos que crece en su interacción
comunicativa con los demás. Alrededor de 1902, define el hábito como
“una ley general de acción, tal que en una cierta clase general de
ocasión un hombre será más o menos apto para actuar de una cierta manera
general” (Barrera, 2005:3).Los hábitos
son unas pautas de comportamiento que ayudan a los niños/as a
estructurarse, a orientarse y a formarse mejor. La adquisición de los
diferentes hábitos les permite ser más autónomos, hace posible que
tengan una convivencia positiva con los demás y son necesarios en la
adquisición de los nuevos aprendizajes.De
acuerdo a lo expuesto, un hábito es una acción repetida de forma
constante o periódica por parte de una persona, ya sea consciente o
inconscientemente. Los hábitos más que ninguna otra cosa nos definen
como personas, es decir, la persona que eres actualmente es producto
directo de tus hábitos actuales. Los hábitos son individuales y
normalmente cambian, se agregan unos y se desechan otros, durante la
vida de una persona.
Uno
de los aprendizajes más importantes de la primera infancia son los
hábitos de salud. Inicialmente son los padres quienes los van
conformando, pero más adelante es en el colegio donde se pueden volver a
aprender en un entorno distinto, que permite al niño comprender mejor
el significado de esos hábitos y adquirir una responsabilidad creciente
sobre su propia salud.Se
encuentran vinculadas con el Estilo de Vida que se define como "el
conjunto de pautas de conducta y hábitos cotidianos de una
persona"(Remes, 2007:8), viene a ser una forma de vivir, se relaciona
cono los aspectos de la salud.Se observan tres elementos básicos de los hábitos de salud: la alimentación, la higiene y el sueño.En
los niños, los hábitos de salud son un conjunto de comportamientos
aprendidos por los cuales el niño mantiene un buen estado de salud
porque se alimenta correctamente, cuida su higiene y descansa lo
suficiente diariamente. Aunque inicialmente son los padres los que van
creando esos hábitos, es necesario que a medida que el niño es más mayor
se conviertan en comportamientos. (Martín, 2004:3)Entre
los hábitos de salud un componente fundamental son los hábitos de
higiene, éstos tienen como objeto colocar a la persona en las mejores
condiciones de salud frente a los riesgos del ambiente y del propio
individuo, lo cual, va a ser fundamental en la prevención de
enfermedades.
Un análisis reciente de datos históricos realizado por el catedrático V. W. Greene, de la Universidad de Minessota en EEUU, sugiere que el espectacular descenso de la mortalidad infantil mundial, que pasó de 179 de cada 1000 en 1850 a
50 de cada 1000 en 1940, se puede atribuir a una asociación temporal
entre el estado de la higiene personal y la incidencia de las
enfermedades. El análisis de un factor común, el grado de limpieza,
continúa siendo un indicativo coherente del nivel de salud.La
higiene tiene por objeto conservar la salud y prevenir las
enfermedades, es por ello que se deben cumplir ciertas normas o hábitos
de higiene tanto en la vida personal de cada quién como en la vida
familiar, en el trabajo, la escuela, la comunidad.La
higiene trata sobre las medidas para prevenir y mantener un buen estado
de salud. La práctica de las normas de higiene, con el transcurso del
tiempo, se hace un hábito. De allí la relación inseparable de Los
Hábitos de Higiene. Es conveniente para el aprendizaje, práctica y
valoración de los hábitos de higiene que los adultos den el ejemplo a
los niños, niñas y jóvenes con la práctica cotidiana de adecuados
hábitos de higiene, para que se consoliden los conocimientos
conceptuales, actitudinales y procedimentales sobre el tema.En el año 2000, un informe publicado por la entidad de la Organización de Naciones Unidas para la Infancia UNICEF
titulado "School Sanitation and Hygienes Education" reveló que una
tercera parte de la población mundial –2400 millones de personas- tenía
dificultades para el acceso a la satisfacción de la higiene básica.
Según la entidad, los niños son los más vulnerables a esta situación,
factor que impidió detener el avance de algunas enfermedades
relacionadas con la ausencia de limpieza.Lo
más interesante de este informe radica no sólo en la relación inversa
que existe entre pobreza y higiene. Lo realmente revelador es que la
entidad comprende que la solución de los problemas higiénicos no está
determinada –exclusivamente- por la inversión en infraestructura básica
de saneamiento ambiental (agua potable, sistemas de acueducto y
alcantarillado), sino por una educación integral.Los
hábitos higiénicos guardan relación con las demás actividades
fundamentales que a diario ocupan al niño: comer, dormir, jugar, control
de esfínteres y mantener el cuerpo limpio y convenientemente vestido.
La mayor parte de estos hábitos son adquiridos en los primeros 3 ó 4
años de vida. Una vez establecidos no se olvidan jamás.
Los hábitos higiénicos presentan las siguientes ventajas:
· Contribuyen al bienestar físico del organismo.
· Colaboran con el bienestar psíquico del niño/a.
· Son elementos esenciales en el comportamiento adecuado del individuo.